El estrés de los niños…

 El aumento de los casos de ansiedad y estrés en los niños y adolescentes actuales tendrá repercusión en las enfermedades psiquiátricas de los adultos en la próxima década, según señala la presidenta de honor de la Asociación Española de Psiquiatrí­a del Niño y del Adolescente (AEPNYA), Mª Jesús Mardomingo, en su ‘Tratado de Psiquiatrí­a del niño y del adolescente’.

“Hemos observado que las tasas de prevalencia son muy elevadas en este periodo de edad y, se calcula que 7 de cada 10 casos de los trastornos de los niños no diagnosticados o tratados correctamente evolucionan de forma crónica en la edad adulta. Por tanto, no es posible entender la patologí­a en el adulto, sin entender la psiquiatrí­a infantil”, explica la experta.

De hecho, en los últimos 20 años, el abordaje de la psiquiatrí­a infantil ha sufrido una revolución gracias al estudio de los fundamentos neurobiológicos, como la genética o el desarrollo del sistema nervioso, lo que ha ayudado a entender el origen de los trastornos psiquiátricos. Así­, en los últimos años se ha prestado atención a la influencia de las condiciones ambientales, la epigenética, y a los primeros años de la vida del niño, así­ como a sus consecuencias en el futuro.

“El poder de la genética en el diseño de la realidad personal y en la vulnerabilidad para sufrir enfermedades es indudable pero, junto a ella, se encuentran las circunstancias ambientales durante los primeros años de la vida. Los niños son más vulnerables a los factores ambientales y las situaciones adversas porque estas circunstancias pueden modificar la expresión de los genes y, a su vez, muy importante, la expresión de los genes modifica el ambiente”, aclara Mardomingo. Asimismo, prosigue, los estudios comparativos muestran que la prevalencia de las enfermedades psiquiátricas en los niños que viven en ambientes familiares normales con buena alimentación es inferior que en aquellos que viven el zonas deprimidas con alimentación deficitaria.  Por tanto, los problemas psiquiátricos son más frecuentes en colectivos que viven en situación de adversidad psicosocial (pobreza, falta de recursos educativos y sanitarios). Entre los factores familiares destacan las enfermedades psiquiátricas o las adicciones al alcohol y drogas de los progenitores. “Debemos tener en cuenta que los conflictos familiares configuran al adulto y las enfermedades del futuro. De hecho, los niños sometidos a una situación de estrés y depresión son más proclives a sufrir estas patologí­as en el adulto. El estrés es una caracterí­stica del estilo de vida de los paí­ses desarrollados y el detonante de enfermedades psiquiátricas, pero también de otras como el cáncer, la hipertensión arterial, o de tipo endocrino como diabetes”, argumenta la experta.