El CSIC presenta un complemento…

El Consejo Superior de Investigaciones Cientí­ficas (CSIC) presentó en Madrid un complemento alimenticio basado en estractos de uva y de aceite de oliva y en vitamina B, que contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares y complementa su tratamiento ‘sin efectos adversos’.

Precisamente, así­ lo afirmó Juan Carlos Espí­n, del Cebas-CSIC de Murcia, quien indicó que ‘Stivid Cardio’, que es como se denomina el compuesto, es ‘un complemento, no un fármaco’, por lo que ha de añadirse al tratamiento médico, si lo hay, y a la dieta y estilo de vida saludable que cualquiera debe seguir.

Según los resultados de los dos ensayos clí­nicos realizados por el CSIC en colaboración con el Hospital Universitario Morales Meseguer de Murcia, el complemento mejora hasta en un 57% un total de once biomarcadores asociados a una mayor probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular en pacientes que ya están sometidos a un tratamiento completo, y lo hace ‘sin efectos adversos’.

De este modo, en personas que no han sufrido episodios cardiovasculares pero que tienen alto riesgo de padecerlos, el compuesto disminuye frente al placebo los niveles de PAI-1 (17%), una sustancia que impide la degradación de los trombos, y de ApoB (7%) y LDLox (17%), dos marcadores relacionados con la formación de placas de ateroma en las arterias coronarias y que aumentan la posibilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular.

Asimismo, también mejora otros marcadores relacionados con el estado de inflamación implicados en el proceso de aterotrombosis, lo que desencadena un sí­ndrome coronario agudo. Concretamente, baja los niveles en sangre de hsCRP o proteí­na C reactiva (34%), el TNFa o factor de necrosis tumoral-alfa (20%), el cociente proinflamatorio IL-6/IL-10 (50%). Aumenta también los niveles de una citoquina antiinflamatoria: la interleuquina IL-10 (30%).

Por último, las enfermedades cardiovasculares son, según datos de la OMS, la primera causa de muerte en el mundo y se estima que cerca de 25 millones de personas morirán en 2030 a causa de ellas.