El cribado masivo de la…

Un artí­culo publicado en el ‘British Medical Journal’ sugiere que el cribado masivo de la hepatitis C como han sugerido varios organismos internacionales puede causar más daños que beneficios, ya que podrí­a conllevar el tratamiento innecesario de muchos afectados por el virus antes de que desarrollen la enfermedad. En Estados Unidos se estima que hay cerca de 2,7 millones de afectados pero la mayorí­a de casos no presentan sí­ntomas ni son conscientes de que padecen el virus. De hecho, se estima que cada año unas 16.000 personas requieren un trasplante de hí­gado y fallecen como consecuencia de la enfermedad, que puede tardar varias décadas en desarrollarse.

En los últimos años se han aprobado nuevos tratamientos contra esta enfermedad que muestran una elevada tasa de eficacia, lo que llevó en 2012 a los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) de Estados Unidos a recomendar el cribado de todas las personas nacidas durante 1945 y 1965, ya que se cree que en ese periodo se infectaron tres cuartas partes de todos los afectados.

La recomendación contó con el respaldo de instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la US Preventative Services Task Force, ya que lo veí­an como una oportunidad para salvar miles de vidas en todo el mundo al prevenir que la enfermedad hepática llegue a estadí­os terminales.

Sobre todo dado que, hasta ahora, las recomendaciones de cribado se habí­an centrado sólo en aquellas personas con alto riesgo de desarrollar la enfermedad, como los usuarios de drogas intravenosas o quienes recibieron una trasfusión sanguí­nea antes de 1992.

Sin embargo, el profesor emérito de la facultad de Medicina de la Universidad de California en Los íngeles (UCLA), Estados Unidos, Ronald Koretz, uno de los autores firmantes de este trabajo, cree que la detección masiva debe “frenarse” hasta que haya “evidencia suficiente de que las nuevas terapias antivirales son clí­nicamente eficaces y los beneficios son mayores que los daños”.

El cribado masivo conllevarí­a la detección de afectados que “no desarrollarán la enfermedad hepática en fase terminal” ya que la enfermedad avanza lentamente y “la mayorí­a de las personas con hepatitis C no presentan sí­ntomas y suelen morir con ella, no de ella”, ha añadido Kenneth Lin, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Georgetown (EE.UU), que también ha participado en el artí­culo. Este experto cree que todaví­a no hay estudios que garanticen que estos fármacos tan eficaces puedan beneficiar a estos afectados, por lo que “se expondrí­a a estos individuos a los posibles daños de un tratamiento cuyo beneficio solo se ha demostrado en una minorí­a”.