El cáncer de mama diagnosticado…

Las posibilidades de curación de los cánceres de mama que se detectan en su etapa inicial (in situ) son prácticamente del 100%, según la Asociación Española contra el cáncer (Aecc). Además, la realización de campañas de diagnóstico precoz ha hecho disminuir la mortalidad por esta enfermedad de forma significativa, sobre todo en la edad de mayor incidencia (por encima de los 50 años). La técnica más utilizada para tal fin es la mamografí­a.

El cáncer de mama es el tumor más frecuente entre las mujeres occidentales, ya que supone un 30% del total de diagnósticos oncológicos entre las pacientes. En concreto, solo en España, tal y como afirman los expertos, se prescriben alrededor de 18.000 nuevos casos cada año. Aunque la mayorí­a se producen en mujeres de 50 años en adelante, también pueden presentarse de forma menos frecuente entre las menores de 35. En los casos de antecedentes familiares, especialmente de cáncer de mama u ovario en la madre, hermana o hija, el riesgo incrementa, advierten.

Por esta razón, el Dí­a Mundial del Cáncer de Mama, que se celebra este viernes, 19 de octubre, busca llamar la atención sobre la necesidad de que la mujer se implique de forma directa en el reconocimiento habitual de sus mamas para detectar cualquier cambio o alteración en el tamaño, forma o textura de la mama y acudir de forma inmediata al especialista médico.

Los especialistas recuerdan que los sí­ntomas del cáncer de mama pueden variar notablemente de una mujer a otra. De esta manera, los más habituales que deben alertar sobre la posible presencia de un tumor son la aparición de un bulto en la mama, el aumento del tamaño de los ganglios linfáticos en la axila, enrojecimiento o cambio de color de la piel del pecho, formación de depresiones o arrugas, alteración o secreción por el pezón, descamación y tracción del pezón hacia un lado o cambio de dirección.

Aunque no siempre son indicativos de presencia de un cáncer, los expertos conciencian sobre la importancia de informar al especialista ante la presencia de cualquiera de estas variaciones, puesto que está demostrado que el tratamiento de este tipo de cáncer es más efectivo cuanto más pronto sea diagnosticado. Al mismo tiempo, asistir de forma periódica a los controles ginecológicos rutinarios puede ayudar a detectar un cáncer incluso antes de que se produzcan los primeros sí­ntomas.

Pese a todo, los expertos no recomiendan la realización de autoexploración de las mamas como único método de diagnóstico precoz e instan a las pacientes a realizarse mamografí­as, para una mayor fiabilidad. Esta técnica consiste en una radiografí­a de las mamas capaz de detectar lesiones en estadios muy incipientes de la enfermedad.

Así­, informan que la mamografí­a permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que sean palpables y cuando aún no han invadido en profundidad ni se han diseminado a los ganglios ni a otros órganos. Cuando el tumor se detecta en estas etapas precoces es posible aplicar tratamientos menos agresivos, que dejan menos secuelas fí­sicas y psicológicas en la mujer, explican.

Además, advierten que la dosis de radiación empleada en la mamografí­a es mí­nima, por lo que resulta inofensiva.

En España se diagnostican unos 22.000 casos al año, lo que representa casi el 30% de todos los tumores del sexo femenino en nuestro paí­s. La mayorí­a de los casos se diagnostican entre los 35 y los 80 años, con un máximo entre los 45 y los 65.
Tanto el número de casos como las tasas de incidencia aumentan lentamente en España y en el mundo, probablemente debido al envejecimiento de la población y a un diagnóstico cada vez más precoz. El aumento de la incidencia se estima en un 1-2% anual.

Finalmente, los expertos estiman que el riesgo de padecer cáncer de mama es de, aproximadamente, 1 de cada 8 mujeres por lo que hacen hincapié en la detección precoz de esta enfermedad.