El australiano Rod McPherson se…

El australiano Rod McPherson completará la plantilla de un conjunto vigués que ya se daba por cerrada pero que se ha encontrado a última hora con esta inesperada incorporación. El jugador estará disponible para el inicio de la liga que será este sábado a las 19.00 horas en el Pabellón de Bouzas, ante el Fundación Grupo Norte de Valladolid.

“La verdad es que se trata de una situación muy curiosa y que nunca se nos habí­a planteado antes. De hecho, no conozco ningún caso semejante. Tení­amos el equipo ya cerrado y hecho con las renovaciones de los jugadores de la casa y los fichajes de Zavala y Podnieks. Además, nuestra economí­a no nos permití­a pensar en nada más, especialmente este año en el que por la creación del equipo filial hemos tenido que reducir gastos en el primer equipo”, explica José Antonio Beiro, presidente del conjunto vigués.

Sin embargo, el presidente de la Amfiv explica que “se puso en contacto con nosotros Agustí­n Alejos, ex jugador del Amfiv que actualmente se encuentra viviendo en Australia, para hablarnos del caso de Rod y aquí­ lo tenemos. Listo para debutar el sábado ante Valladolid si César lo considera oportuno”

La realidad es que la contratación del australiano no es, ni mucho menos, un fichaje al uso. “Agustí­n nos expuso que tení­a un compañero de equipo, un jugador clase 2,5 bastante alto, rápido y listo jugando, que estaba muy interesado en vivir la experiencia de jugar en Europa y que le habí­a preguntado mucho por Vigo y el Amfiv. Nosotros le comentamos nuestra situación económica y que, por ese motivo, ya dábamos la plantilla por cerrada. Y la sorpresa fue mayúscula cuando nos respondieron que el propio McPherson estaba dispuesto a hacerse cargo de todos los gastos de desplazamiento y manutención, billetes de avión de Australia a España incluidos, con tal de que le diéramos la oportunidad de probarse y ver si tení­a cualidades para poder disputar una liga tan exigente como la española”, puntualiza el máximo mandatario del Amfiv, quien incide en que “casi no podí­amos creerlo hasta que lo vimos llegar a Peinador”.