El 90% de las personas…

El 90% de las personas mayores de 45 años sufre presbicia, un proceso degenerativo natural que, entre otros aspectos, provoca dificultades a la hora de leer y, por ende, hace que la afición por la lectura comience a decrecer, según ha recordado el especialista en córnea y cirugí­a refractiva del Instituto de Microcirugí­a Ocular (IMO) de Barcelona, Daniel Elies, con motivo de la celebración, este jueves, del Dí­a del Libro.

“Es habitual que personas que superan los 40 años comenten su decreciente afición por la lectura, sin identificar que lo que en realidad les ocurre es que empiezan a acusar la presbicia o vista cansada. Esta provoca que algo que hasta entonces hací­an de forma natural e inconsciente suponga un sobreesfuerzo para el cristalino, que empieza a perder su capacidad de acomodación o de enfoque”, ha comentado.

 

Según el oftalmólogo, si bien hay gente que identifica ese desinterés más o menos repentino por la lectura con esta dificultad para enfocar de cerca, muchos no son conscientes en primera instancia de que la presbicia ha empezado a afectarles. Y es que, tal y como ha informado, lo primero que notan las personas con presbicia es que las letras “bailan” y se vuelven “borrosas”, que cada vez necesitan alejar más el libro o el dispositivo móvil de lectura para ver bien el texto y que, tras fijar la vista durante mucho tiempo, sufren dolor de cabeza.

Lo más habitual es que la presbicia empiece a aparecer entre los 40 y 45 años, en plena edad laboral. En ocasiones, ha comentado Elies, se trata de un proceso “intermitente”, ya que hay personas que notan ciertas dificultades para enfocar durante algunos dí­as, semanas o meses y luego parecen recuperar dicha capacidad para volver a empeorar después.

Esto ocurre porque la presbicia evoluciona, de alguna manera, como una pila que se va gastando y funciona de intermitentemente y con menos definición. “El caso más gráfico es el de la pila de la cámara de fotos, que, cuando se está gastando, aunque permite seguir tomando fotografí­as, va empeorando el enfoque. Con el cristalino, nuestra lente y ‘zoom’ natural, ocurre lo mismo”, ha afirmado.

Una vez localizado el problema, la mayorí­a de personas con presbicia de entre 40 y 50 años pueden seguir haciendo vida normal con corrección óptica para la visión cercana. No obstante, la dependencia de las gafas es un ‘hándicap’ creciente en la sociedad actual, en la que cada vez son más quienes no quieren depender de gafas para sus tareas cotidianas.