Diseñan un entrenamiento que reduce…

En la imagen, un grupo de personas con fibromialgia practica ejercicio fí­sico.Investigadores de los departamentos de Educación Fí­sica y Deportiva de la Universidad de Granada (UGR) y Didáctica de la Expresión Corporal de la Universidad de Jaén (UJA) han desarrollado un programa de ejercicio fí­sico que reduce hasta en un 20 por ciento el dolor en mujeres diagnosticadas de fibromialgia y mejora su estado de salud.

Este trastorno, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se caracteriza por estar asociado con un dolor crónico generalizado, fatiga, problemas de memoria y cambios en el estado de ánimo. En concreto, según ha informado la Fundación Descubre, los expertos han demostrado el efecto positivo contra el dolor de este tipo de intervenciones gracias a la combinación de diferentes entrenamientos fí­sicos, en agua y en seco, que conllevaron una mejora en aquellos factores relacionados con la enfermedad como la aparición de dolor o la disminución en la calidad de vida y la capacidad fí­sica (agilidad o función cardiovascular).

El estudio, publicado en la revista ‘Clinical and Experimental Rheumatology’, han demostrado como, en mujeres con fibromialgia, un programa de actividad fí­sica basado en entrenamientos desarrollados tanto en seco como en agua permite identificar cuál es su estado fí­sico real y disminuir, además, hasta un 20 por ciento el grado de dolor. “Las actividades en piscinas de agua caliente (32C aproximadamente), combinado con la práctica recomendada de ejercicios, ayudaron a reducir el impacto negativo que esta enfermedad tení­a en la rutina diaria de las participantes e incrementó, en definitiva, su calidad de vida”, ha explicado el investigador Pedro Latorre de la Universidad de Jaén.

El programa, desarrollado durante 24 semanas, consistió en tres sesiones semanales (dos en agua y una en seco) de 60 minutos cada una y se inició con la captación de voluntarias procedentes de la Asociación de Fibromialgia de Jaén (Afixa). En primer lugar, se realizó una primera evaluación fí­sica y clí­nica de las 72 mujeres que de forma voluntaria participaron en el estudio. Posteriormente, se separaron en dos grupos de forma que uno de ellos realizarí­a los entrenamientos en agua y en seco diseñados por el equipo durante cuatro meses y el otro sólo recibirí­a consejos generales sobre los efectos positivos del ejercicio fí­sico sobre la salud. “Finalizado el programa, y tras volver a valorar de forma exhaustiva a las participantes, mejoró de forma notable el nivel de vida del grupo que completó las sesiones de entrenamiento y demostramos, por tanto, como la actividad fí­sica es un tratamiento eficaz en mujeres que están afectadas por fibromialgia”, ha concluido.