Descubren que la desactivación de…

En la imagen, una investigadora en un laboratorio.La anulación de una sola enzima paraliza drásticamente la capacidad de las células cancerosas agresivas para difundir y hacer crecer los tumores, lo que ofrece un nuevo objetivo prometedor para el desarrollo de tratamientos contra el cáncer, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de California (Estados Unidos).

El documento, que se publicó en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, arroja nueva luz sobre la importancia de los lí­pidos, un grupo de moléculas que incluyen ácidos grasos y colesterol, en el desarrollo del cáncer. Los investigadores han sabido durante mucho tiempo que las células cancerosas metabolizan los lí­pidos de manera diferente que las células normales. Los niveles de lí­pidos éter, que son más difí­ciles de romper, son particularmente elevados en los tumores de alto grado de malignidad. “Las células cancerosas producen y utilizan una gran cantidad de grasa y lí­pidos. Para que las células cancerosas se dividan y proliferen a un ritmo acelerado, necesitan lí­pidos que componen las membranas de la célula”, explica el director del estudio, Daniel Nomura, profesor asistente en el Departamento de Ciencias de la Nutrición y Toxicologí­a de la Universidad de California en Berkeley. “Los lí­pidos tienen una variedad de usos de la estructura celular, pero lo que estamos mostrando con nuestro estudio es que los lí­pidos también pueden enviar señales de crecimiento del cáncer”, agrega este investigador, que junto a su equipo probó los efectos de la reducción de los lí­pidos de éter en células de cáncer de piel humana y los tumores de mama primarios.

Asimismo, los investigadores se dirigieron a una enzima, fosfato sintasa alkylglycerone, o AGPS, conocida por ser crí­tica para la formación de los lí­pidos de éter. Los expertos confirmaron que la primera expresión AGPS aumentó cuando las células normales se volvieron cancerosas y que la inactivación de AGPS reduce sustancialmente la agresividad de las células cancerosas. “Las células cancerosas son menos capaces de moverse e invadir”, resumió Nomura. Los cientí­ficos también compararon el impacto de la desactivación de la enzima AGPS en ratones que habí­an sido inyectados con células de cáncer. “Entre los ratones que tení­an la enzima AGPS inactivada, los tumores no existí­an -subrayó Nomura–. En los ratones que no tení­an esta enzima desactivada los tumores se desarrollaron rápidamente”.

Por otro lado, los investigadores determinaron que la inhibición de la expresión de AGPS se agotaron los lí­pidos de éter de las células cancerosas y que AGPS alteró los niveles de otros tipos de lí­pidos importantes para la capacidad de las células cancerosas de sobrevivir y propagarse, incluyendo prostaglandinas y fosfolí­pidos acilo. “El efecto sobre otros lí­pidos fue inesperado y desconocido”, dijo el autor principal del estudio, Daniel Benjamin, estudiante de doctorado en el Grupo de Investigación de Nomura. “Otros estudios han investigado las ví­as especí­ficas de señalización de lí­pidos, pero lo que hace que AGPS destaque como un objetivo de tratamiento es que la enzima parece regular simultáneamente varios aspectos del metabolismo lipí­dico importante para el crecimiento del tumor y cáncer”, concluye.