Desarrollan un método clínico para tratar con mayor precisión las disfunciones cardíacas
Un equipo de investigadores, entre los que se encuentran físicos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), acaba de desarrollar un método clínico que arroja luz sobre la fase de llenado del corazón, ayudando a los médicos a tratar con mayor precisión las disfunciones cardíacas.
Precisamente, según informó la UNED, entre la fase de llenado del corazón -diástole- y el bombeo de la sangre al resto del cuerpo -sístole- ocurren una serie de acciones de las que poco se sabe. Ahora, los investigadores han analizado qué ocurre cuando la diástole no se desarrolla correctamente y parte de la sangre no es bombeada y se acumula en la aurícula y en los pulmones.
Esta disfunción es problemática, puesto que allí donde se acumula la sangre, la presión sanguínea aumenta y en los pulmones se forma un edema que reduce la cantidad de oxígeno que se intercambia en los alveolos. Además, la situación se puede complicar y originar infecciones pulmonares, como neumonías. “Para evitar los daños que produce esta disfunción, hay que detectarla cuanto antes y esto es particularmente difícil”, explica Mar Desco, doctora en Medicina y Cirugía del grupo de investigación en Física Médica de la UNED y una de las investigadoras del estudio, que se publica en ‘Journal of Applied Physiology’.
Los investigadores han medido la relajación activa y las propiedades elásticas pasivas del tejido muscular del corazón, el miocardio. “La forma de calcular estas propiedades es considerar que la relajación muscular se produce al inicio de la diástole, mientras que la restauración elástica se produce al final”, indica Daniel Rodríguez-Pérez, físico del mismo grupo de investigación de la UNED y otro de los autores del estudio. Asimismo, el método desarrollado por los científicos permite usar todos los datos generados para determinar, de forma simultánea, los parámetros que caracterizan a ambos momentos. Esto tiene dos ventajas fundamentales, puesto que, al usar más datos, se reduce el error y, al tener en cuenta la transición entre una fase y otra, se pueden estudiar aquellos casos en los que una de ellas dura más de lo normal debido a una disfunción.
Los métodos usados hasta ahora no permitían conocer todo esto. “Por primera vez hemos podido distinguir las propiedades activas de relajación -inicio de la diástole- de las propiedades elásticas de restauración -final de la diástole-, y ver cómo afectan al llenado del ventrículo, que es fundamental para el bombeo eficiente de la sangre al cuerpo”, resume Desco.
Para conseguir estos datos, los investigadores utilizaron un modelo animal con 26 ejemplares. Los animales fueron cateterizados, que es la técnica utilizada en humanos cuando hay que hacer medidas precisas dentro del corazón, sin recurrir a la cirugía. Además, se emplearon datos reales de pacientes que iban a ser intervenidos en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid) y que expresaron su consentimiento para que sus cifras permitieran completar la investigación.
Por último, en el estudio -que forma parte de un proyecto liderado por el Laboratorio de Cardiología no Invasiva del hospital madrileño- también participan científicos españoles que actualmente trabajan en la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos).