Desarrollan un aperitivo de manzana y mandarina que ayuda a reducir el riesgo cardiovascular en niños con sobrepeso
Varios grupos de investigación españoles han desarrollado en Valencia un ‘snack’ de manzana y zumo de mandarina que ayuda a reducir riesgos cardiovasculares en niños obesos, ya que mejora la presión sanguínea sistólica y el perfil lípido de los menores y aumenta las defensas antioxidantes.
El producto ha sido diseñado por investigadores de la Universitat Polití¨cnica de Valí¨ncia, el Hospital Universitario Doctor Peset, la Universitat de Valí¨ncia y el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC. Asimismo, este snack ha sido desarrollado a escala de laboratorio en las instalaciones del Instituto de Ingeniería de los Alimentos para el Desarrollo de la UPV y destaca por su alto potencial antioxidante y antiinflamatorio. Además, el aperitivo conserva todas sus propiedades hasta dos meses después de su elaboración.
Para obtener el «snack», los investigadores enriquecieron rodajas de manzana con zumo de mandarina utilizando una tecnología de impregnación al vacío desarrollada y patentada por el equipo de la UPV, que permite incorporar ingredientes adicionales a la estructura de alimentos porosos, como es el caso de frutas y hortalizas. Según destacan los investigadores, cuarenta gramos de este producto proporcionan los componentes bioactivos de un vaso de zumo de mandarina fresco y dos manzanas. Para analizar las propiedades y valor funcional de este aperitivo, se llevó a cabo un estudio en el que participaron 48 niños obesos de entre 9 y 15 años que estaban siendo tratados en el Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Doctor Peset. En concreto, se evaluó el efecto de la incorporación de los aperitivos a una dieta baja en energía, que los niños siguieron durante cuatro semanas.
Por último, a partir de este estudio, los investigadores comprobaron cómo la incorporación a la dieta del alimento funcional mejoró la presión sanguínea sistólica y el perfil lipídico (tipos de grasas presentes en la sangre) de los niños. Asimismo, aumentaron las defensas antioxidantes y disminuyeron los marcadores relacionados con el daño oxidativo al ADN y con la inflamación, todos ellos factores de riesgo cardiovascular.