Reconocen una discapacidad del 33% a un menor que sufrió ‘bullying’
Los Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León acaban de reconocer a un menor que sufrió bullying una discapacidad del 33% por estrés postraumático. Se trata del primer caso de similares características que se registra en nuestro país.
Sólo tiene 15 años, está en tratamiento psicológico y toma cuatro píldoras antidepresivas al día. Según el diagnóstico oficial, el niño sufrió “acoso escolar”, presentaba “síndrome de estrés postraumático” y tenía “perforación timpánica (pendiente de intervención)”.
Hubo acoso escolar. Continuado. Progresivo. Lacerante. Como una gota china de niños. Así lo reconocen los servicios sociales de la Junta de Castilla y León después de desmenuzar su historial médico. Así lo entiende su abogada, Leticia de la Hoz, que a la luz del reconocimiento administrativo presentará una demanda contra el colegio por responsabilidad civil.
La primera vez que el niño acudió a la Unidad de Salud Mental Infantojuvenil fue hace cinco años. Los expedientes psicológicos hablan de un chico que refiere “insultos, humillaciones, coacciones, robos, amenazas y agresiones por parte de sus compañeros”. En las seis escalas analizadas -agresiones, hostigamiento, intimidación, bloqueo social, manipulación y exclusión- los resultados arrojan unos resultados de “alto” o “muy alto”. La conclusión: “Estos índices de acoso reflejan una elevada incidencia de conductas de maltrato contra el niño que le exponen a un riesgo muy grave y explican la aparición de un cuadro de daño psicológico”.
El colegio en cuestión -hasta ahora exento de responsabilidad en los tribunales- ofreció su versión sobre lo que pasó en esos años de silencio y ruido. “Su denuncia se archivó por falta de pruebas. Era un chico con problemas, pero no vinculados al centro, sino provenientes de fuera”.
Encarna García es la presidenta de la Asociación Contra el Acoso Escolar. “Es la primera vez que en este país se concede un grado de minusvalía a causa del acoso. No hay un caso igual. Es una puerta muy grande la que se abre para los padres”.