Alrededor de cuatro millones de niños fallecerán por causas que se pueden prevenir o curar en 2030 si la tendencia en mortalidad infantil permanece como hasta ahora, según el informe ‘La loterí­a de la vida’, publicado por Save the Children.

De acuerdo con esta investigación, más de 6 millones de niños murieron en 2013 debido a la diarrea, la falta de vacunas o el agua insalubre, entre otros motivos evitables. No obstante, el estudio resalta que desde 1990 la mortalidad infantil se ha reducido a la mitad. Hoy mueren 17.000 niños menos al dí­a que en 1990, señala el informe.

Sin embargo, indica que la reducción en las tasas de mortalidad a nivel global no se ha producido por igual en todos los estratos sociales. De ahí­ que las posibilidades que tiene un niño de sobrevivir sean “una loterí­a”, que depende de si vive en ciudad o en zona rural, si pertenece a alguna etnia minoritaria o de los recursos económicos de sus padres. En la mitad de los Estados en ví­as de desarrollo la desigualdad referida a mortalidad infantil “se ha disparado”, como en los casos de Vietnam, Indonesia, Camboya, Ní­ger y Honduras.

Ruanda, Malawi, México o Bangladesh demuestran en cambio que se puede reducir la mortalidad infantil en todas las clases sociales. Para ello, es preciso poner en práctica iniciativas que garanticen el acceso a la salud a los entornos más desfavorecidos. Esto implica abordar la pobreza de forma amplia, asegurar el saneamiento del agua y proporcionar una educación de calidad a las capas de población con menos recursos.