Cientí­ficos europeos ofrecen esperanza a…

Mural con un cerebro dibujadoA pesar de la elevada mortalidad del ictus, derivada de una falta de riego sanguí­neo al cerebro y la consecuente pérdida rápida de funciones cerebrales, los cientí­ficos piensan que dando con tratamientos más eficaces se podrí­a mejorar la tasa de supervivencia de estos pacientes. Dos proyectos financiados con fondos europeos están actualmente investigando nuevos tratamientos para los pacientes diagnosticados de ictus con el objetivo de aumentar las esperanzas y la supervivencia tras el accidente cerebrovascular.

Los proyectos Eustroke y ARISE han reunido a investigadores, médicos y pequeñas empresas para llevar a cabo una labor puntera de investigación y desarrollo que aporte nuevos y prometedores tratamientos. Los proyectos Eustroke («Red europea para la investigación del ictus») y ARISE («Lograr la recuperación tras un ictus») están ambos financiados con fondos europeos, a razón de 10 y 11 millones de euros, respectivamente, por el tema de Salud del Séptimo Programa Marco (7PM). 

El consorcio Eustroke, dirigido por la Universidad de Heidelberg, Alemania, estudia diferentes ví­as para mejorar el conocimiento del sistema neurovascular a fin de descubrir nuevos tratamientos terapéuticos y estrategias de prevención para el ictus. El equipo de ARISE, por su parte, está desarrollando y realizando ensayos con nuevos tratamientos encaminados a la reparación de las pérdidas de la función cerebral. La obtención de resultados positivos podrí­a llenar de esperanza a los pacientes con ictus y mejorar su calidad de vida. 

«La Comisión Europea siempre nos animó a trabajar juntos», afirmó el coordinador de Eustroke, el profesor Stephen Meairs, del Departamento de Neurologí­a en la Universidad de Heidelberg. «Inicialmente formamos plataformas comunes para llevar a cabo ensayos clí­nicos y formar a jóvenes cientí­ficos. Decidimos utilizar los mismos modelos de ictus y métodos y compartir los avances en técnicas de imagen.

No obstante, la medida de colaboración más destacada fue la fusión total de los dos consorcios para formar la «Red Europea de Ictus» (European Stroke Network, ESN), lo que permitió utilizar de forma óptima los recursos europeos y reunir a los mejores expertos en la investigación del ictus para luchar contra esta devastadora enfermedad.» 

Gracias al trabajo conjunto, el equipo de ESN realizó grandes progresos en el tratamiento y la prevención del ictus. Un ejemplo de ello es la descripción de nuevos conceptos para el tratamiento de la inflamación cerebral que aparece tras el ictus, que puede resultar mortal.

Los investigadores de ESN han descubierto que al mejorar el entorno de tratamiento, esto es, que los pacientes jugaran o realizasen diversas actividades durante la fase de recuperación, se podrí­an obtener muy buenos resultados. Para la investigación se utilizaron las técnicas de imagen más avanzadas con el fin de demostrar los mecanismos por los cuales este tipo de actividades genera nuevas conexiones en el cerebro. 

El grupo está desarrollando también nuevas estrategias para eliminar trombos de los capilares cerebrales mediante ondas sonoras, mejorando así­ el tratamiento agudo del ictus. Otra rama de investigación se basa en el estudio de tratamientos inmunológicos sofisticados para evitar los efectos neurotóxicos del agente trombolí­tico tPA (activador tisular del plasminógeno). Al evaluar el papel que desempeña la inflamación en el ictus, observaron que la infección crónica sistémica aumenta los daños isquémicos y en la barrera hematoencefálica, lo que, a su vez, produce una inflamación cerebrovascular constante. 

«Las consecuencias del ictus y la subsiguiente reorganización y reparación del cerebro son procesos muy complejos», indicó el profesor y coordinador de ARISE, Ulrich Dirnagl, del Departamento de Neurologí­a y Neurologí­a Experimental y del Centro para la investigación del ictus de Berlí­n, situado en el Hospital Universitario Charité, en Alemania. «Para crear estrategias eficaces para la protección y reparación del cerebro, es necesario aunar los esfuerzos de expertos en neurociencia básica, biologí­a vascular, neuroinmunologí­a, neuroprotección, neuroregeneración, farmacologí­a y neurologí­a clí­nica del ictus.» 

Acerca del trabajo realizado el profesor Meairs comentó: «Un ictus puede ser devastador. Sencillamente es la patologí­a de mayor gasto sanitario, pues se gastan muchos miles de millones de euros en asistir a quienes los sufren. El ictus es la mayor causa de discapacidad y cada vez existen más casos, por lo que es imprescindible abordar este problema.»