Científicos españoles buscan aunar criterios de aceptación y rechazo de riñones de donantes de criterio expandido
Por primera vez representantes de varias sociedades científicas españolas se reúnen para elaborar el primer Documento de Consenso sobre criterios de aceptación y rechazo de riñón de donante de criterio expandido, es decir, riñones procedentes de donantes mayores de 60 años o de entre 50-60 años que tienen patología cardiovascular asociada o que han fallecido por un accidente cerebrovascular. Este informe se ha presentado en el marco del LXXVII Congreso Nacional de la Asociación Española de Urología (AEU), que se acaba de celebrar en Vigo y al que acudido más de un millar de expertos de todo el territorio nacional.
El Documento ha sido elaborado de forma conjunta por representantes de la AEU, la Sociedad Española de Nefrología (SEN), la Sociedad Española de Trasplantes (SET), la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP) y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
El doctor Enrique Lledó, coordinador del Grupo de Trasplantes de la AEU, explicó que “este documento nace con el objetivo de armonizar criterios de utilización entre los diferentes centros de trasplante, mejorando así el aprovechamiento de los riñones de este tipo de donantes en todos los centros hospitalarios de España. Esto se debe a que en nuestro país, el 60% de los donantes de riñón son de criterio expandido, por lo era primordial en este momento llevar a cabo este trabajo”.
Este experto subrayó que “el objetivo principal ha sido unificar los criterios de aceptación de los órganos, desde el punto de vista médico y quirúrgico, entre los grupos de trasplante implicados. Así, el reto es optimizar esta fuente de injertos y reducir el número de órganos descartados o rechazados de donante de criterio expandido. Es cierto que los riñones procedentes de donantes mayores tienen una reserva funcional menor, puesto que el envejecimiento afecta a todo el organismo y no son válidos para receptores jóvenes, pero sí para los mayores, que van a mejorar su supervivencia y su calidad de vida gracias al trasplante. De este modo, conseguiremos un mayor número riñones disponibles para el trasplante en circulación. Por tanto, aquellos que pertenezcan a un grupo que no se pueda utilizar por cualquier causa, serán útiles en el trasplante a otros receptores”.
En España se producen más de 2.000 donaciones de riñón al año. La mayor parte de los trasplantes proceden de un donante cadáver. En los últimos años, la cifra de este tipo de donantes, sobre todo jóvenes, se ha estacando como consecuencia del descenso de las víctimas por accidente de tráfico y porque la esperanza de vida ha aumentado de forma significativa y, en consecuencia, la edad de los donantes es cada vez mayor, el 54% supera los 60 años.
Por ello, en los últimos años se han puesto en marcha iniciativas para incrementar las donaciones de vivo. “En este momento, esta fuente representa el 12.5% y nuestro objetivo es llegar al 20%. El donante vivo es una magnífica opción de trasplante, ya que actualmente disponemos de excelentes técnicas mínimamente invasivas de extracción de órganos que reducen las complicaciones para el donante y mejoran la capacidad de integración en su vida habitual”, indicó el doctor Lledó.
En este sentido, dentro del impulso que se le está dando a la donación de vivo, en colaboración con la comunidad trasplantadora y las asociaciones de pacientes, la ONT inició en el año 2009 un programa de trasplante renal cruzado con ocho centros trasplantadores. En la actualidad, son 17 centros los que están adscritos al plan con un número de parejas incompatibles creciente, que ha posibilitado la realización de más de 15 trasplantes con esta modalidad. “Esta técnica permite que una persona que necesita un riñón y cuenta con un donante incompatible pueda intercambiarse los órganos con otra pareja en las mismas circunstancias”, explica este experto.
Esta modalidad de trasplante renal en vivo, cuenta con la peculiaridad de que se produce entre un donante y receptor que no se conocen, y fruto de un intercambio entre donantes respectivos de dos o más parejas ”“hermanos, padre e hijo, cónyuges, etcétera, que son compatibles, aunque también se dan casos en los que el donante es amigo del paciente, sin vinculación por parentesco.
Otras de las técnicas que se están desarrollando en los últimos años para suplir la falta de donante cadáver es la donación a corazón parado. Este método fue el primero que se utilizó para la extracción de órganos en los años 40. Se dejó de emplear porque las vías de conservación y extracción de órganos eran insuficientes y, por tanto, se decidió abandonar esta técnica.
“En los últimos cinco años varios centros españoles han retomado la técnica de trasplante de riñones a corazón parado. Los donantes a corazón parado obedecen a criterios no de muerte cerebral, sino de muerte por parada cardio-respiratoria. Aunque son un porcentaje pequeño, suponen ya el 8% de nuestros donantes en España y de los que se están trasplantando riñones con éxito”, concluyó el doctor Lledó.
Por otro lado, también es necesario destacar que el rechazo del órgano ha mejorado en los últimos años, gracias a los avances en el tratamiento de la inmunosupresión y una serie de técnicas que nos permiten reducir la respuesta inmunológica al riñón trasplantado.