Barreras y desigualdades entre comunidades…

La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Española de Cardiologí­a (SEC) han presentado un informe en el que denuncian “importantes diferencias” entre comunidades autónomas y barreras para el uso de los nuevos anticoagulantes orales, indicados para prevenir el ictus y otros embolismos relacionados con la fibrilación auricular.

El proyecto de Análisis de la Gestión y Observatorio Regional de la anticoagulación (AGORA) muestra un mapa “heterogéneo” en el acceso de los pacientes en España a estos fármacos, a pesar de que han demostrado ser igual de eficaces que los anticoagulantes clásicos y “mucho más seguros”, ya que pueden reducir las hemorragias más severas “hasta en un 50 por ciento”, según ha asegurado Luis Rodrí­guez Padial, vicepresidente de la SEC. El Ministerio de Sanidad fijó en 2013 unos criterios para priorizar su uso en los pacientes más graves, pero las comunidades están introduciendo diferentes medidas adicionales que generan “un efecto disuasorio importante” y hacen que España esté “a la cola en el uso de estos fármacos”, ha añadido José Marí­a Lobos, coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Cardiovasculares de SemFYC. De media se estima que en torno al 10-15 por ciento de los más de 800.000 pacientes con fibrilación auricular no valvular tienen acceso a estos fármacos. Sin embargo, existe un “mapa heterogéneo y cambiante” ya que mientras que en comunidades como Andalucí­a o Cantabria los recibe entre el 30-40 por ciento de los pacientes, en otras como Asturias no llegan al 5 por ciento. Una de las barreras en el acceso a estos fármacos está en que hasta en siete comunidades (Asturias, Cantabria, La Rioja, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y Canarias) los médicos de Atención Primaria, que son los encargados del seguimiento de estos pacientes, no pueden recetarlos por primera vez y debe ser el cardiólogo o el hematólogo quien lo haga.