Alzheimer puede fortalecer un ví­nculo…

En la imagen, un cuidador coge de la mano a una persona con Alzheimer.La directora de la Unidad Regional de Demencias del Hospital Clí­nico Universitario de la Arrixaca, la doctora Carmen Antúnez, que inaugura consulta de demencias en el hospital Mesa del Castillo, asegura que “el Alzheimer puede fortalecer un ví­nculo emocional entre paciente y familiares”.

Codirectora del Banco de Cerebros de la Región de Murcia y Master en bioética por la Universidad Complutense de Madrid, la doctora Antúnez es una de las especialistas más destacadas del paí­s en el diagnóstico y tratamiento de demencias como el Alzheimer.

Al respecto, afirma que se puede prevenir el Alzheimer con hábitos de vida saludable. “Se ha sabido recientemente en investigación que el hipocampo, que es una zona donde está la memoria y que se atrofia cuando aparece el Alzheimer, sufre alteraciones (neuroinflamación) debido a causas de tipo alimentarias, de estrés o vasculares como la hipertensión, diabetes, colesterol alto u obesidad”, explica.

Es decir “que si tienes predisposición al Alzheimer conviene tener hábitos de vida saludables para retrasar lo más posible su aparición”, también “podemos estimular y mantener la reserva cognitiva” pues “las personas con mayor nivel educativo tardan más en contraer Alzheimer”.

Por otro lado, añade, “es importante llevar una vida social sana para evitar la depresión, otro de los factores detonantes”, aunque, según la especialista, “hay muchas cosas que podemos hacer para proteger nuestro cerebro y relegar el Alzhéimer, si lo vamos a sufrir, a los últimos momentos de la vida”.

Señala que diagnosticar un deterioro cognitivo, que es la fase previa a la demencia, “es clave para un buen tratamiento”. No es fácil porque por ejemplo a los 65 años convergen otros factores como la jubilación, donde la depresión es común, o los cambios normales del cerebro causados por el envejecimiento. “Saber separar el polvo de la paja es fundamental para lograr un diagnóstico que nos permita realizar un tratamiento positivo. Nuestro papel es utilizar el conocimiento y la experiencia adquirida con cada paciente y sus particularidades”, continúa.

Por lo que “nuestro papel, como responsables médicos, es educar, informar, apoyar y cuidar. Cuando se da un diagnóstico de Alzheimer hay que saber dárselo y ofrecer el apoyo, el seguimiento, la formación e información”.