Algunas sustancias de los repelentes…

El verano es sinónimo de descanso y diversión pero, también, de picaduras de insectos que hacen que aumenten las ventas de los productos que los repelen, con el fin de evitar el hinchazón y reducir el riesgo de contraer alguna enfermedad transmitida por los mismos.

Sin embargo, expertos en dermatologí­a han avisado de que algunas de las sustancias que contienen estos repelentes pueden ser nocivas para la salud de la persona que se las aplica. Un ejemplo de ellas es la ‘DEET’, una molécula que al ser aplicada sobre la piel puede ocasionar dermatitis de contacto irritativa o alérgica, y cuya exposición prolongada puede generar la aparición de erupciones ampollosas, cambios de humor e insomnio.

“La pulverización del ‘spray’ con ‘DEET’ sobre las mucosas produce una sensación de quemazón y rojez temporales. Si se deglute una cantidad suficiente del producto es posible experimentar dolor abdominal, náuseas y vómitos, hipotensión y bradicardia”, ha explicado el dermatólogo afiliado al colectivo de pacientes Healthia y miembro del Centro Médico Teknon y CIMA de Barcelona, Didac Barco. No obstante, el efecto nocivo “más importante” que puede provocar esta sustancia es la “neurotoxidad”, la cual provoca desorientación, torpeza al andar, convulsiones, coma e, incluso, la muerte. Por este motivo, el experto ha recomendado no emplear en niños los repelentes que contengan dicha molécula.

Por último, asimismo, otras sustancias presentes en algunos de estos productos son las piretrinas que, aunque no son consideradas tóxicas por su origen vegetal, pueden ocasionar problemas respiratorios si se inhalan o se ingieren una cierta cantidad. En estos casos, la persona puede experimentar disnea, tos, vómitos, temblor, disminución del nivel de conciencia y/o convulsiones.