Afectados por fibromialgia, fatiga crónica…

La Asociación de Fibromialgia de la Comunidad de Madrid (AFIBROM) y la Confederación Nacional de Fibromialgia, Sí­ndrome de Fatiga Crónica y Sensibilidad Quí­mica Múltiple (SQM) denuncian en un manifiesto, realizado con motivo del Dí­a Mundial de esta patologí­a que se celebró el pasado 12 de mayo, una atención desigual al paciente según la comunidad autónoma en la que es tratado.

Esta patologí­a implica procesos crónicos y sintomatologí­as amplias y diversas que influyen «de forma determinante» sobre los afectados tanto en su desarrollo personal y laboral como familiar y social. A pesar de que «algunas cosas van cambiando» en cuanto a la atención a los pacientes, éstas lo hacen de forma «demasiado lenta y desigual», según indicaron ambas asociaciones.

Además, lamentaron la «incomprensión e invisibilidad» a la que dicen estar sometidos los pacientes. Esto «impide el reconocimiento de la enfermedad y el acceso a un tratamiento y apoyo adecuados», señala el manifiesto. Por ello, exigen a las Administraciones un marco especí­fico de atención sanitaria y social para los enfermos de Fibromialgia y Sí­ndrome de Fatiga Crónica y Sí­ndrome Quí­mico Múltiple.

En el comunicado las asociaciones también piden al ministerio y los gobiernos autonómicos que pongan en marcha medidas «que radiquen las igualdades por padecer enfermedades que afectan mayoritariamente a mujeres». A su vez, ruegan al Instituto Nacional de la Seguridad Social a que reconozca estas patologí­as «como enfermedades crónicas que pueden llegar a ser invalidantes».

Por otro lado, se muestran accesibles a colaborar con la Secretaria de Estado de Igualdad e imploran a la comunidad médico-cientí­fica que tenga una actitud positiva respecto a la fibromialgia. Así­, entienden, podrí­a establecerse criterios comunes sobre el diagnóstico diferencial y tratamiento de estas patologí­as en el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Por último, los portavoces de AFIBROM y la confederación insistieron en abordar la falta de formación, información e insuficiencia de recursos. «Es evidente que es preciso seguir avanzando en la investigación y desarrollar el Plan Integral de Atención a los Dolores Crónicos no oncológicos», concluyeron.