Absuelven a la persona con discapacidad detenida por desobediencia en una protesta
El titular del Juzgado de Instrucción 6 de Barcelona ha absuelto a una persona en silla de ruedas a la que los Mossos d’Esquadra detuvieron el 2 de abril acusado de desobedecer a los agentes durante una manifestación ante la cárcel Modelo.
Fue durante en una concentración en la que unos 700 activistas protestaban por las detenciones y los encarcelamientos durante la huelga general, cuando los Mossos establecieron un cordón policial a lo largo de la acera que obligaba a los manifestantes a caminar por la calzada, mientras varios furgones policiales circulaban tras ellos a velocidad muy lenta.
El acusado José Miguel Esteban, en silla de ruedas, accedió a la acera y la policía lo condujo nuevamente a la calzada, pero «zafándose de los agentes, nuevamente se dirigió con la silla hacia el centro de la acera», con lo que fue detenido, según relata el juez en la sentencia.
El juez sostiene que las grabaciones demuestran que su actitud no supuso ningún peligro ni para él ni para terceros, que el acusado se puso lo suficientemente lejos como para que los furgones policiales no tuviesen que hacer ninguna maniobra brusca para detenerse y que su actitud no produjo «una especial alteración en los ánimos de quienes se manifestaban».
Además, no descarta que pueda ser cierta la versión de José Miguel Esteban de que el incidente se produjo simplemente por un problema de comunicación entre el denunciado y los agentes.
Durante el juicio, alegó que su intención era buscar un lugar despejado y accesible para volver a casa, donde le esperaba su mujer, discapacitada como él, para darle la cena y medicinas, pues sufría una enfermedad de la que murió pocos días después.
Según él, trató de explicárselo a los policías pero no le hicieron caso: «Su aparente renuncia a atender las instrucciones de los agentes no era tal sino tan solo un intento de hacerse escuchar», concluye el juez.
Rechaza así las pretensiones del fiscal que solicitó para José Miquel Esteban una multa de 240 euros por una falta de desobediencia, aunque la sentencia no es firme y puede recurrirse todavía ante la Audiencia de Barcelona.