Analizan los riesgos de los tratamientos para perder peso
El ‘bypass’ gástrico y cirugías similares para reducir el estómago son una opción popular entre los pacientes obesos que buscanperder peso o los de diabetes tipo 2. Aunque estas intervenciones se han vinculado con una disminución del riesgo en muchos tipos de cánceres, el único valor atípico en un estudio de 2013 a largo plazo de 77.000 pacientes obesos fue el cáncer de colon.
En la edición de este martes de la revista ‘Cell Metabolism’, científicos del Hospital Monte Sinaí en Toronto, Canada, detallan los resultados de este trabajo realizado en ratones que podrían plantear problemas de seguridad para una nueva generación de medicamentos para perder peso que imitan a la biológica posterior a los efectos de estos procedimientos.
Las hormonas intestinales y los ácidos biliares ayudan en la digestión, pero algunos, como el péptido similar al glucagón-2 (GLP-2), también son factores de crecimiento intestinal, estimulando la división celular en los intestinos. En el nuevo trabajo, los autores hallaron un nuevo papel en el crecimiento intestinal de otra hormona, el péptido similar al glucagón-1 (GLP-1).
Mediante el uso de herramientas genéticas para diseccionar cómo la molécula afecta a las células en el intestino, estos expertos demuestran que el aumento de la actividad de GLP-1 o eliminar su acción mediante la supresión del receptor de GLP-1, puede elevar o rebajar la incidencia de tumores intestinales en ratones.
“Durante muchos años, los científicos se han centrado en GLP-1 como un factor de crecimiento de las células beta y algunos investigadores plantearon preguntas acerca de la posibilidad de cáncer de páncreas”, relata el autor principal Daniel Drucker, , endocrinólogo del Instituto de Investigación Lunenfeld-Tanenbaum del Hospital Mount Sinaí y profesor de Medicina en la Universidad de Toronto.
“No tenemos ninguna evidencia de que ése es el caso, sin embargo, nuestro documento plantea ahora la posibilidad de que GLP-1 sea un factor de crecimiento intestinal”, afirma. “No hay estudios previos que hayan relacionado el uso a largo plazo de medicamentos a base de GLP-1 con mayores tasas de cáncer, pero creemos que los pacientes con un historial previo o mayor riesgo de cáncer de colon no pueden ser idóneos para estas terapias”, añade. Con base en los datos de ratones, Drucker también está levantando dudas sobre la seguridad a largo plazo de los nuevos fármacos en desarrollo clínico para la diabetes y otras enfermedades metabólicas, que elevan GLP-1, GLP-2, y los ácidos biliares. Por ejemplo, los fármacos dirigidos al receptor de glucagón puede potencialmente conducir a un aumento de los niveles circulantes de GLP-1, GLP-2 y los ácidos biliares, dependiendo de la dosis y la duración del tratamiento.