La discapacidad, ví­ctima del "procés"

Hacienda congela 152 millones de la consejerí­a catalana de Asuntos Sociales por desviar fondos para el referéndum del 1-O.

La principal consecuencia es que los catalanes con discapacidad dejarán de recibir servicios asistenciales por falta de dinero en sus respectivas entidades sociales. Al habitual retraso en los pagos, se añade que desde septiembre las cuentas de la consejerí­a están intervenidas por el Gobierno por culpa del ‘procés’.

Existen indicios de que el Govern habrí­a desviado fondos del presupuesto de esa consejerí­a para financiar la construcción de una nueva hacienda catalana y asegurarse la celebración del referéndum del 1 de octubre. En concreto, Hacienda está investigando al detalle dos partidas concretas: las destinadas a Acción Cí­vica y a Juventud. Entre las dos suman 10 millones de euros, pero hasta que no terminen las investigaciones, Hacienda mantiene congelado todo el presupuesto de la consejerí­a, que asciende a 152 millones de euros. El resultado es que, a punto de terminar el año, muchas entidades no han cobrado ni un céntimo de las ayudas que necesitan para sobrevivir.

El caso más alarmante es el de la Federación de Sordos de Cataluña (Fesoca), su plantilla de 27 profesionales lleva cuatro meses sin cobrar y ha comenzado a negociar un ERE. “Nos deben 450.000 euros. La consejerí­a se lava las manos y dice que es el Ministerio de Hacienda quien debe desbloquear y aprobar el pago, pero ese dinero estaba aprobado ya desde principios de año y como siempre han dejado los pagos para el final. La consejerí­a es igual de responsable que el Gobierno de esta situación”, protesta Nuria Charneco, delegada sindical de Fesoca.

“Nos sentimos ví­ctimas de una crisis en la que no tenemos nada que ver. Me da igual quién tenga la culpa, si Madrid o Barcelona, pero esta tormenta polí­tica está afectando a los más vulnerables, que son las personas con discapacidad”, se lamenta Estefaní­a Pérez, intérprete de Fesoca. Y advierte: “Hay personas sordas que necesitan un intérprete para entender que un médico les diagnostica un cáncer y por culpa de esto se puede quedar sin ayuda. Gente que nos necesita para encontrar un empleo que podrí­a verse sin asistencia en el futuro. Es muy grave”.

En Cataluña, hay unas 30.000 personas con déficit severo de audición. Un 60% de los usuarios de Fesoca son personas con pocos recursos e inmigrantes, muchos de los cuales no saben leer ni escribir y para quienes dejar de contar con el apoyo de Fesoca “serí­a una auténtica tragedia”, como apuntan desde la entidad.

En la misma situación se encuentra Down Cataluña, desde la entidad piden una solución urgente, como señala su presidenta íšrsula Reales: “Nosotros estamos tirando de tesorerí­a, pero también se acaba. Peligra la continuidad de muchos programas”. La federación engloba a cinco entidades especializadas en la inserción laboral y bienestar las personas con sí­ndrome de Down.