No sin mi perro
El Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, Madrid, abre sus puertas a los perros de los niños ingresados. Habilita encuentros bajo condiciones de higiene y seguridad.
Gracias a esta iniciativa pionera de la Comunidad de Madrid, asociada al Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria, cada martes, de cinco a seis de la tarde, aquellos que posean perros podrán encontrarse con ellos en el centro sanitario. El objetivo es mejorar la atención a los pacientes por la vía de la personalización y demostrar que la atención sanitaria no se basa solo en jarabes y pinchazos.
En el caso de los menores, se trata de contrarrestar la “circunstancia hostil” que supone el ingreso hospitalario acercándolos lo más posible a su entorno habitual. Se permite, también, que a los niños les traigan comida de su casa, sus propios juguetes, sus pijamas y, a partir de ahora, que reciban la visita de sus perros “al menos, un rato”.
Pueden acogerse a este programa los pacientes ingresados que tengan entre uno y 15 años y que tengan perro como animal de compañía. La raza del animal no puede estar en la lista de las consideradas potencialmente peligrosas (según el RD 287/2002) y debe estar al día de las vacunas obligatorias. Antes de acceder al hospital, el perro ha de ser cepillado convenientemente, debe haber hecho sus necesidades y estar acompañado en todo momento por un cuidador.
Están excluidos de este programa los pacientes con algún tipo de aislamiento, los que necesiten oxígeno, tengan problemas de movilidad por su enfermedad o no se encuentren clínicamente estables.