Una prótesis de color para…

Diseñadores brasileños desarrollaron una prótesis de poliuretano en tonos alegres que se adapta a las necesidades fí­sicas y emocionales de los amputados.

Un objeto pensado para corregir una deficiencia fí­sica, como unas gafas, puede ser un accesorio que demuestre la identidad y el estilo de quien lo usa. Pero esto no sucede en todos los casos. Por el contrario, las prótesis para manos y piernas pretenden imitar el color y la textura de la piel, como si la integración social del amputado dependiera de que éste disimule la falta.

Para los diseñadores Mauricio Noronha y Rodrigo Brenner, fundadores de Furf Design, ésta es una noción errónea y por eso crearon Confetti, una pieza de poliuretano que recubre la estructura de la pierna protésica. La novedad aporta tres importantes ventajas frente a la ortopedia tradicional: es más barata, viene en varios colores y se adapta a la fisonomí­a de su dueño. “Su propósito es funcional y especialmente emocional, ya que impulsa la rehabilitación y la autoestima de los amputados, a la vez que es muy asequible”, explican sus autores, quienes entienden que se trata de “un producto extremadamente rentable (Brasil es el cuarto paí­s del mundo en cantidad de amputados) que puede transformar la forma en que la sociedad ve la discapacidad”.

El Confetti es lo que se conoce como papel picado, un sí­mbolo de la alegrí­a y la celebración en cualquier parte del mundo y para todas las clases sociales. De allí­ tomaron el nombre y parte de su diseño responde al mismo concepto, como las perforaciones en el frente, que pueden utilizarse para ampliar las posibilidades de customización. Incluye instrucciones internas, viene en un tamaño estándar que puede acortarse para quedar ajustada a la altura del amputado y fue pensada para funcionar con distintos tipos de prótesis de rodillas y diferentes diseños de pies.

“En lugar de esconderse, la gente puede ser empoderada para ser quien realmente es, mostrándose y expresándose con orgullo. Este proyecto podrí­a ser la democratización de la autoestima de los amputados”, concluyen sus autores.