Los casos de daño cerebral…

La Federación Galega de Dano Cerebral, con ayuda de las fundaciones Barrié y Roviralta promueve un estudio en hospitales de Galicia.

Lo coordina Susana Arias, neuróloga del CHUS, y «se basa en dos encuestas a personas afectadas de daño cerebral: una en el momento del alta, que muchas veces tienen que cubrir sus familiares al no poder hacerlo ellas; y otra que llevan para casa, para cubrir y enviar por correo a los 3 meses», explica esta especialista.

Se trata de conocer qué sabe la población sobre el daño cerebral, los sí­ntomas del ictus y su prevención, y cómo ven los recursos que se les ofrecen: los sanitarios, y también los sociales, pues queremos saber si tuvieron contacto con trabajadores sociales que les informasen de ayudas económicas para su situación, o cómo ha sido su rehabilitación tras el alta.

La encuesta a los tres meses es para ver qué ha pasado en ese perí­odo, cómo ha sido la atención sanitaria recibida, si han accedido a alguna ayuda o servicio social, o si han necesitado reformas en su domicilio, entre otros.

Se pretende tener datos de las carencias existentes, para poder planificar mecanismos de mejora. El objetivo es estudiar una muestra representativa de 376 pacientes y obtener información sobre la atención que se ofrece.

El daño cerebral adquirido se asocia a ictus en el 78 % de los casos, que es la principal causa de muerte en Galicia en mujeres y la segunda en varones. Otras causas son los accidentes craneoencefálicos, el tumor cerebral o la anoxia. Los casos por accidentes hoy en dí­a han disminuido, afortunadamente. Los casos de daño cerebral en menores de 50 años se han triplicado en la última década.

Es muy importante conseguir la mayor recuperación e independencia funcional, pues sobre todo este colectivo están en edad laboral y tienen muchos años de vida por delante.

Estudios recientes han relacionado este aumento con cambios en la alimentación; el consumo de tóxicos, como tabaco, alcohol y drogas de abuso; y sobretodo por un notable descenso de la actividad fí­sica. En definitiva, por un estilo de vida poco saludable.