Cinco actores con discapacidad protagonizan…

Cinco actores con discapacidad protagonizan ‘Cáscaras vací­as’, dirigida por Magda Labarga y Laila Ripoll, autoras también de este texto, con el que presentan un recuerdo sobre las ví­ctimas más inocentes del nazismo.

La obra se representará desde este miércoles 26 de octubre al 13 de noviembre en la Sala de la Princesa del Teatro Marí­a Guerrero de Madrid. Según han explicado ambas directoras y autoras de la obra en declaraciones a Europa Press, este texto es una red de historias tejidas con testimonios de la “Operación T4” nazi, un programa de eutanasia destinado a eliminar a personas con alguna discapacidad, a quienes se referí­an como “vidas indignas de ser vividas” y “cáscaras vací­as”. Sobre las tablas, seis intérpretes, cinco de ellos con alguna discapacidad, elaboran un discurso teatral sobre la diferencia, lo raro, lo útil o inútil de las vidas de cada quien, y se meten en la piel de seis personas que habrí­an sido asesinadas en el castillo de Hartheim, donde se cometí­an estos crí­menes, un “ensayo terrible” previo al “exterminio” de millones de personas. Este proyecto es resultado de cuatro años de trabajo en el festival ‘Una mirada diferente’ y supone su primera colaboración, que se ha colocado en la programación principal del Centro Dramático Nacional (CDN).

Labarga ha señalado que aquellas ví­ctimas, alrededor de 200.000 entre 1939 y 1945, eran “invisibles”, puesto que apenas se hablaba de ellas, y con “particular indefensión”, ya que además pertenecí­an a familias de clase baja, y con limitados recursos y escaso nivel cultural. La autora cree que en aquel momento se escondieron estos hechos porque se sentí­a cierta “vergí¼enza” e incluso en algunos casos solo se conocí­an las iniciales del nombre y de los apellidos. A pesar del tiempo que ha pasado, está convencida de que la sociedad actual se parece a aquella que produjo aquel dolor porque, entre otros motivos, existe una “insistencia para tener cuerpos perfectos y ser cien por cien productivos”. “Serí­a sencillo volver a caer en situaciones como las que se vivieron en aquel momento, vivimos en una sociedad obsesionada con el rendimiento económico y esto es fundamental para entender lo que pasó”, ha dicho. Por su parte Ripoll ha contado que todos los actores menos uno de ellos tienen experiencia escénica, aunque ha matizado que eso es lo de menos porque “no se habla de lo que falta sino de lo que uno es”.

El responsable de la escenografí­a es José Luis Raymond, quien ha trabajado desde la entrada con una instalación que se puede tocar y que introduce al espectador en el ambiente del espacio. Esto se suma a las luces y el vestuario que se convierte en un código para evocar aquel horror. Preguntada por la apuesta por las mujeres que ha hecho el director del CDN, Ernesto Caballero, en la presente temporada, Ripoll cree que “ya es hora de normalizar el asunto” y ha admitido que le gustarí­a que las mujeres estuvieran presentes “en todo tipo de salas, no solo en las pequeñas”. “Es fundamental la normalidad, la visibilidad. En este momento hay tantas escritoras y directoras buenas como varones, y ya que en calidad están al 50 por ciento, también deberí­an estar en presencia”, ha agregado.