Los antibióticos del futuro viven…

La solución a una de las bacterias más peligrosas para el ser humano, Staphylococcus aureus, podrí­a estar dentro de nuestra propia nariz.

Según un estudio que se publica en «Nature», la nariz humana produce un antibiótico natural capaz de exterminar la bacteria S. aureus, incluyendo las cepas resistentes a la meticilina (MRSA), un grave problema de salud en todo el mundo. Los hallazgos del equipo de la Universidad alemana de Tí¼bingen, dirigidos por Andreas Peschel, podrí­an ayudar al desarrollo de nuevas terapias para las infecciones bacterianas más difí­ciles de tratar. La resistencia a los antibióticos es una creciente amenaza para la salud. Las bacterias se hacen resistentes a los antibióticos mucho antes de que se puedan encontrar tratamientos efectivos, lo que está generando una crisis sanitaria mundial. Hasta ahora, la mayorí­a de los antibióticos se han aislado de las bacterias que viven en el suelo, pero cada vez es más complicada la identificación de nuevos compuestos a partir los microorganismos. Debido a que el cuerpo humano es el hogar de una inmensa variedad de microorganismos, conocidos colectivamente como la microbiota, los investigadores han vuelto la mirada hacia el propio ser humano. Y el interior de la nariz no es una excepción. La bacteria S. aureus se encuentra en las narices de aproximadamente el 30% de los seres humanos; sin embargo, los cientí­ficos no han sido capaces de determinar por qué el 70% restante de la población ha resistido a la colonización de la bacteria. Lo cierto es que algunos de los fármacos del futuro podrí­an residir en nuestro propio cuerpo. Cada vez son más evidencias que demuestran que las bacterias que conforman nuestro microbiota pueden formar parte de un futuro arsenal terapéutico para abordar y tratar múltiples enfermedades, no solo las bacterianas. Por ejemplo, durante los últimos años se han multiplicado las investigaciones sobre el microbioma intestinal. El llamado ”˜órgano olvidado”™ se ha convertido en un foco de investigación debido a su relevante papel para la salud humana; por ejemplo, aproximadamente el 2% de nuestro peso corporal se debe a las bacterias. Y muchas de estas bacterias son sensibles al oxí­geno y son difí­ciles de cultivar en el laboratorio, por lo que hasta ahora habí­a sido muy difí­cil aislarlas y estudiarlas.