Un tercio de las personas…

La accesibilidad continúa siendo uno de los grandes retos pendientes de la sociedad del bienestar. Garantizar que toda persona, incluidas las que tienen algún tipo de diversidad funcional, pueda entrar, salir y moverse dentro de un edificio con total normalidad no es una misión cumplida en un importante número de casos.

Así­ se extrae de la ”˜Encuesta de Integración Social y Salud 2012. Barreras en la participación social”™ del Instituto Nacional de Estadí­stica (INE), donde entre otros resultados, se determina que casi un tercio de las personas con discapacidad (un 31,99%) detecta alguna restricción para el acceso y la movilidad en los edificios. Los datos son más preocupantes si se concreta este análisis en función de la edad. Un 47,89% de las personas con diversidad funcional de 75 o más años tiene algún tipo de problema de movilidad en edificios, lo que representa un porcentaje mucho más alto que en los casos de discapacitados de entre 65 y 74 años, con un 32,01% de restricciones detectadas, y de entre 45 y 64 años, con un 33,28%. Dicho de otro modo, casi la mitad de nuestros mayores con alguna discapacidad tiene problemas para moverse o entrar en un inmueble, mientras que un tercio de las personas de mediana edad con diversidad funcional también experimenta estas restricciones. Una alta cantidad de afectados por las barreras arquitectónicas Estos porcentajes representan cifras poblacionales enormes. El 31,99% correspondiente a discapacitados con dificultades para acceder, salir o moverse en un edificio equivale exactamente a 900.068 personas, si nos ceñimos al último informe de la Base Estatal de Datos de Personas con Valoración del Grado de Discapacidad (el total nacional de personas con un grado igual o superior al 33% es de 2.813.592). Es decir, está afectado un número de personas bastante superior al de la población de ciudades como Valencia, Sevilla, Zaragoza o Málaga.