La discapacidad fí­sica no es…

Cerca de 50 personas con discapacidad fí­sica vivieron su primera experiencia de vuelo sin motor este fin de semana en el aeródromo de Santa Cilia de Jaca.

Se trataba de las Jornadas de Vuelo Adaptado, una iniciativa de la empresa Fly-Pyr Santa Cilia y el Aeroclub Nimbus de Vuelo a Vela para que personas con algún tipo de discapacidad puedan llegar a obtener su propia licencia de piloto de planeador, siempre y cuando los aparatos se encuentren convenientemente adaptados. La iniciativa ha contado con una gran respuesta y 46 personas con discapacidad pudieron experimentar esa sensación y podrán plantearse sacarse la licencia de piloto. Este fin de semana realizaron un total de 60 vuelos. Luis Ferreira, director gerente de la empresa Fly Pyr destacaba la satisfacción de los participantes. Fue una experiencia muy emocionante para ellos. Personas que no pueden andar pudieron experimentar la sensación de control y libertad en el aire como cualquier persona sin problemas de movilidad. La idea es repetir este encuentro. El evento, en el que colaboran además el aeroclub “Las Sillas Voladoras”, la Fundación StepByStep, Turismo de Aragón y la Asociación Pirenaica de Centros de Vuelo a Vela (Spirale), responde a la circunstancia de que, “tras muchos años de esfuerzos”, ahora la normativa permite que personas con capacidades diferentes puedan llegar a obtener su propia licencia de piloto. La respuesta por parte de estos colectivos ha superado sobradamente las expectativas y el hecho es que el número de interesados que se han puesto en contacto con “Las Sillas Voladoras” ha superado la cincuentena. El Aeroclub Nimbus cuenta con uno de estos aparatos, adaptado gracias a una colaboración con la Diputación Provincial de Huesca. Dado el elevado número de inscritos, se consiguieron dos aparatos más, uno proveniente de un club de las proximidades de Toulouse y el otro de un grupo de particulares del centro del paí­s. Carlos de Albert Ysamat, vicepresidente de la asociación “Sillas voladoras” se mostraba muy emocionado y explicaba que “El hecho de que personas que normalmente estamos atadas a una silla de ruedas podamos disfrutar de la libertad que supone volar es difí­cilmente descriptible. La posibilidad de ser nosotros los pilotos de la aeronave es lo que hace realmente diferente esta actividad.”