Brasil quiere retirar las prestaciones…

Con más de 40 medallas cosechadas en los primeros cinco dí­as, Brasil parece bien posicionado para cumplir con la meta de situarse entre los cinco paí­ses lí­deres en los Juegos Paralí­mpicos. Daniel Dias, nacido sin manos y con un solo pie, se ha confirmado como el mejor nadador con discapacidad del mundo.

Maria Rizonaide da Silva, que padece enanismo, se ha hecho con el oro en halterofilia. El velocista Felipe Gomes, que se quedó ciego a los seis años, ganó la medalla de plata en los cien metros. Son extraordinarios logros. Pero el nuevo plan de recortes del sistema de prestaciones para discapacitados laborales que prepara en estos momentos el nuevo gobierno de Michel Temer no da muchos motivos de celebración para millones de minusválidos en Brasil. Temer, que fue abucheado por el público al anunciar la apertura de los Juegos Paralí­mpicos la semana pasada en el estadio Maracaná, pretende hacer recortes en un sistema de pensiones y prestaciones considerado inviable en un paí­s cuya deuda pública crece como la espuma. Y, según se puede desprender de los borradores del plan, los discapacitados son los primeros en el punto de mira. El Gobierno pretende ahorrar dinero al reducir el número de pensiones por incapacidad laboral ”“1,1 millones en estos momentos”“. Quiere eliminar el 30% de las pensiones, facilitando un ahorro de 6.000 millones de reales, según los cálculos de la revista D inheiro Asimismo se pretenden reducir los 43.000 millones de reales gastados en prestaciones por enfermedades de larga duración e invalidez. Hay nueve millones de minusválidos en edad laboral en Brasil, pero sólo un millón participa en la población activa. Esto es lo que el nuevo Gobierno pretende cambiar ya que cada incapacitado tiene derecho a una renta básica de 800 reales (215 euros) al mes si no puede trabajar. Tal y como ha ocurrido en otros paí­ses, se espera que los ahorros se obtendrán mediante pruebas más exigentes respecto la capacidad de los incapacitados para hacer un trabajo. Los grupos de defensa de los derechos de minusválidos se han mostrado alarmados por los planes. “Estamos preocupados y vamos a pelear”, dijo Andrei Bastos, director de la oenegé Amigos de los Discapacitados en Rí­o. “Antes de recortar las prestaciones y pensiones, se tiene que demostrar no sólo que la persona pueda trabajar, sino que puede llegar al trabajo y eso no es nada fácil en ciudades como Rí­o”, añadió Bastos, que va en silla de ruedas. La situación no puede sino recordar la polémica de los Juegos Paralí­mpicos en Londres en el 2012.