8 años esperando diagnóstico de…

Juan Antonio Sepulcre lleva ocho años reivindicando ante las administraciones valencianas que le reconozcan la movilidad reducida. Con 20 años le amputaron la pierna izquierda por encima de la rodilla debido a un cáncer de hueso, conocido como osteosarcoma.

Desde entonces, la delegación alicantina de la Dirección General de Diversidad Funcional le ha denegado su petición de movilidad reducida, necesita una acreditación de siete puntos y le han concedido cinco.

El joven asegura que sus desplazamientos diarios se han visto alterados por la amputación de una de sus extremidades. Si le reconociesen este derecho, accederí­a a una tarjeta especial de aparcamiento o con un descuento del 4% del IVA en las adaptaciones de un coche con el que pueda desplazarse.

Sepulcre combina la prótesis con las muletas. Replica que en determinados momentos ha tenido que estar diez dí­as con el muñón al aire porque le salen heridas, hongos y eccemas y por lo tanto debe desplazarse con dos bastones sin prótesis durante ratos del dí­a y a veces, a temporadas, todo el dí­a. Así­ figura también en distintos informes de la Agencia Valenciana de Salud fechados en 2011, 2012 y el más reciente, emitido en julio de este año.

A pesar de este diagnóstico, en la valoración de discapacidad más reciente, fechada en febrero del 2016, mantienen la calificación moderada, calculada en un 40%. Asimismo, consideran que “no procede” atribuirle la movilidad reducida. Limitan esa valoración a cinco puntos y para ser otorgada necesita recibir una calificación mí­nima de siete puntos, así­ lo regula el Real Decreto 1971/1999.